17/2/22

UN GUERRERO DE CUATRO PATAS


Lic. Keila Sulich

Los sentimientos animales, que lejos están de los días de furia de los humanos, son tan reales y tangibles como el sol o el agua.Podríamos entrar en una discusión con respecto a la autopercepción de la identidad o el traspaso de conductas humanas a los animales, esto de “humanizar a los animales”, como si el humano no lo fuese. Pero en cambio, prefiero contar una experiencia en primera persona, de la relación con los animales, y de uno en particular, con quien la conexión fue directa e inmediata.

En el 2018 leí un pedido de ayuda en Facebook. Se necesitaba tránsito para un perro que estaba lastimado por otros perros, que vivía en la calle y deambulaba por todos lados. Si no recuerdo mal, era el mes de abril, casi mayo, los fríos empezaban a aproximarse y lo primero que pensé fue “quiero ayudar a ese animal”. Por suerte mi familia aceptó la propuesta de traer otro perro a la casa, a pesar de ya tener tres perros y un gato. Este nuevo perro traía nombre, se llamaba Rubio, era mezcla de labrador dorado pelo corto con algún otro grandote y cabezón. Era un perro grande y fornido a pesar de su edad y golpes, y peleas en la calle. La veterinaria diagnosticó unos 13 años de edad, los proteccionistas que me lo entregaron para su cuidado, aseguraban que no se adaptaba y que tenía problemas de convivencia con otros animales. Estaba lastimado en el cuello, tenía cicatrices viejas, no veía de un ojo, le faltaba el colmillo izquierdo y una de las piernas le fallaba a veces.

Pero en casa no somos solo dos terapeutas, también, como decía, tenemos tres perros y un gato, que transmutan mucha más energía que nosotros, los humanos.

“El Rubio” fue bien recibido por todos en casa, nunca peleó con los otros animales y la adaptación fue inmediata. Lo que garantizó principalmente la adaptación es que se le liberaron las emociones atrapadas que traía lógicamente de toda su vida.

El día que se incorporó a la familia durmió mucho, mucho. Tenía terapeutas a su disposición, una familia y además ya no cargaba con sus emociones atrapadas.

Las emociones atrapadas son cargas energéticas propias y ajenas. Los animales tienen la facultad de ayudar a sus dueños a soportar la carga emocional porque las hacen propias. Muchos perros y gatos suelen tener los mismos problemas que sus dueños, o dificultades similares.

La forma de liberar las emociones de las personas y de los animales es la misma, la técnica es muy simple. El creador fue el Dr. Bradley Nelson y sus resultados son asombrosos. En nuestra web
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Así fue como Rubio se quedó en casa. Luego, en marzo del 2020, cuando empezó la pandemia y exactamente en el finde semana que en Argentina se declaró constitucionalmente el aislamiento social obligatorio, al Rubio se le ocurrió convulsionar. Empezó a tener ataques epilépticos. Un día tuvo tres episodios casi seguidos. Los veterinarios no estaban atendiendo, y para comprar la medicación se necesitaban recetas y luego encontrar una farmacia de turno, sumado toda la incertidumbre del Covid 19, que en ese momento nada era certero.

Personalmente tenía una desesperación muy grande, y sabía que mi estado anímico no contribuía con la situación. Luego de cinco días convulsionando, logramos conseguir medicación y un veterinario a domicilio. El Rubio de calmó en apariencia, pero estaba muy débil y flaco, los ataques lo cambiaron mucho, estaba entregado. Una noche de abril comenzamos a charlar con él, a tratar de entender qué le pasaba. Y ese día Analía le abrió los Registros Akáshicos, y así supimos del alma de guerrero que traía este perro, que se resistía a partir, que se quería quedar en casa. Le explicamos que no era necesario, que no tenía que defender más a nadie ni a nada, que era momento de relajarse y terminar tranquilo.

Luego de esa conexión Rubio se quedó tranquilo y nunca más convulsionó. Seguía débil, pero con los días volvió a caminar y moverse. Pasó casi un año, en marzo del 2021, se fue. No soportó la primera helada del otoño. Se fue dejándonos una gran enseñanza, y una hermosa conexión con sus emociones.


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