6/3/17

¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE TERAPIAS HOLÍSTICAS Y FILOSOFÍA ORIENTAL?




 

como es adentro es afuera y como es arriba es abajo



Pero… ¿qué tan profundo y misterioso es este viaje?
(texto reflexivo basado en el documental de Daniel Schimidt)

Nuestra vocación y dedicación en la atención terapéutica nos ha conducido, a la constante tarea de, la apertura de los Registros Akashicos de cada persona que ingresa a nuestro centro holístico, y este despertar de consciencia lo hemos combinado con la enseñanza de la filosofía oriental a través de la MedicinaTradicional China y el Feng Shui. Afortunadamente este intercambio entre el Akasha y la energía o Qi, no es casual. En la práctica, dicha relación, se ha generado fluida y mágicamente… ha sucedido a pesar nuestro, es una unión que vivimos como inevitable.  Esta experiencia diaria nos demuestra cuán gratificante es el camino hacia la integridad y la armonía, en el sendero del autoconocimiento. Lo visible y lo invisible se entrecruzan y dialogan mientras mundanamente realizamos nuestras tareas cotidianas.
El Akasha, denominado el árbol de la vida es para nosotros, al igual que lo era para los antiguos místicos, yoguis, un campo a nivel de la raíz de la conciencia. El campo Akáshico o los RegistrosAkáshicos, es donde toda la información, todas las experiencias pasadas, presentes y futuras existen ahora y siempre. Es este campo o matriz de donde surgen todas las cosas, desde las partículas subatómicas, las galaxias, las estrellas, los planetas y toda la vida.
Se le ha llamado Akasha al Primordial Om, es el vínculo entre nuestros mundos interiores y exteriores.
Se ha empuñado el término Akasha para describir el sentido etéreo que se extiende a lo largo de todo. Porque el Akasha es el espacio en sí, el espacio que los otros elementos llenan, que existe simultáneamente con la vibración. Son inseparables. En palabras de Daniel Schimidt  Akasha es el yin del yang del QI  o Prana. Es la forma en que se teje la trama del universo.

 

¿Cuál es mi lugar en esta trama universal?

Desde la medicina tradicional china podemos comprender que el mundo como ser planetario es parte de un sistema y que para permanecer en él debe obedecer a ciertas leyes universales, las cuales están replicadas hacia su interior, y nosotros lo observamos a través de la manifestación de la generación de los 5 elementos, las estaciones del año, síntomas y manifestación de las energías en nuestro cuerpo, la búsqueda del equilibrio entre el yin y el yang. Esta misma lógica que vemos afuera existe adentro nuestro y encada una de nuestras partes, llámese órganos o cualquier sustancia corporal.
Como ha demostrado Dan Whinter...

... somos un fractal del universo

¿Cómo comprenderlo?
Imagina una telaraña que se extiende en todas las dimensiones. Sus hilos de seda están formados por gotas de rocío y cada gota contiene el reflejo de todas las gotas de agua y en cada reflejo se advierte a la vez el reflejo de las gotas más minúsculas. Toda la telaraña continúa en esa misma representación, hasta el infinito. El mandala de la vida.
Esta trama es así porque vivimos en universo holográfico, donde hasta el más mínimo rayo de luz contiene el patrón completo de la totalidad.
Un fractal es una forma geométrica aproximada que se puede dividir en partes, cada una de las cuales es aproximadamente del tamaño de una copia reducida del patrón completo. Esto es la inteligencia intrínseca de la matriz del espacio-tiempo. Porque aunque infinitamente complejos, sin embargo, cada parte contiene la semilla para recrear el conjunto.
Cada uno de nosotros, en la apertura de nuestro propio registro akáshico ingresamos en nuestro canal energético, de allí nos conectamos con el universo entero. Desde nuestra forma particular de ser contenemos, en dicho canal energético, toda la información de la energía universal, la cual se puede leer y observar. De igual modo en nuestro ADN contemos toda la información de millones de años de evolución como especie humana, la cual también podemos ver y observar. Y como seres humanos cada uno de nosotros tenemos una forma particular de exponer o demostrar nuestros rasgos humanos. Contemos de esta manera, en nuestro ADN, la capacidad de replicar nuestra especie en la siguiente generación.
Así se logra la conexión desde la estrella más lejana a la partícula de ADN más cercana, todo se conecta infinitamente en un constante fluir de energía cósmica, la energía con la cual están creadas todas las cosas.
Nuestra propia creatividad y la capacidad de reconocimiento del fractal es la relación entre el microcosmos y el macrocosmos. La vida y la muerte, el Yo y el Otro no están separados; así como la montaña y el valle son inseparables.
Como el yin y el yang, el bailarín y el baile existen como uno. En este danzar el universo se manifiesta como vibración.  Reflejando en cada una de sus ondas rítmicas su campo vibratorio, que resuena en nuestra caja torácica, en nuestros corazones. Conformando así la raíz de toda experiencia espiritual. Es el mismo campo de energía que los santos, budas, yoguis, místicos, chamanes, sacerdotes y videntes han observado al mirar dentro de sí mismos.


 *Keila Sulich (Bach. en Antropología)
Coordinadora General de Espacio Orion Argentina


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